Amantes y letras
Él era 10 años más grande que yo, vestía de manera
despreocupada, solía tener siempre un cigarrillo en la mano y al parecer todas
las respuestas del mundo, era sencillo iniciar la conversación de cualquier
tema irrelevante con él y concluir la discusión bajo las sábanas.
Empezó a ser el único dueño de mis espacios faltantes, pero,
sobre todo, comenzó a cultivar mi deseo y mi necesidad de conocer su
perspectiva sobre el mundo, era tan sabio, que el solo hecho de escucharlo
hablar sobre cualquier tema, ponía a mis demonios a temblar, no era el mejor
amante, lo sé, pero sus carencias las suplía esa lengua que dominaba mi
entrepierna, hoy llevamos cientos de libros escritos bajo lo que parece ser su
pluma y mi tintero.
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